En el día a día de la operación de las empresas, es común que las personas se vuelvan ante nuestros ojos la función que desempeñan. «El que autoriza las órdenes» «El que ve la materia prima del turno de la noche». De esta forma volvemos objetos a quienes forman parte de nuestro equipo con las consecuencias en la comunicación que eso puede generar.
Un primer tema a considerar es la empatía, si no soy capaz de comprender al otro como persona y no conozco aquello que como tal lo forma y rodea, será difícil comprender lo que hace y desde dónde lo hace. La integración del equipo se verá limitada si como líder no permito y fomento los espacios en los que cada miembro comparta aquello que esté dispuesto a que se conozca sobre sí mismo y su vida. Es necesario pasar de «el que procesa las órdenes» a «Juan el que viene de un pueblo pequeño, tiene tres hijos y uno está enfermo».