https://www.rtve.es/television/20110227/redes-antes-despues-conocer-cerebro/412058.shtml
Carlos Belmonte nos habla sobre el comportamiento, la sociedad y las neurociencias. Aquí algunos fragmentos.
Yo creo que la justicia del futuro se tiene que orientar no a castigar al que ha actuado de una determinada manera porque ha actuado de una manera que se considera mala socialmente, sino a entender cuál es el problema que determina esa conducta en términos biológicos, en términos de funcionamiento cerebral, y saber si es reversible o no.
En las prisiones, en Estados Unidos, resulta que son psicópatas en el sentido de que tienen alguna alteración… En la órbita frontal, ¿no? Sí. Absolutamente. Ese es el problema y probablemente estamos afinando poco… Es decir, son personas que, por razones diversas que podemos comentar, el desarrollo de su corteza órbito-frontal en particular, del lóbulo frontal de las áreas del cerebro que se encargan de la empatía, de la valoración de nuestras conductas, de la inhibición de nuestras conductas, etcétera
Una de las primeras cosas de las que me he dado cuenta al reflexionar sobre el futuro del cerebro, nuestro cerebro, es que el consumo de analgésicos de los ciudadanos aumenta a una tasa inverosímil, corrígeme si estoy equivocado, del 20% anual. Es que ha sido siempre un problema, lo que pasa es que frente a la incapacidad de resolverlo pues las doctrinas religiosas y sociales predicaban la resignación.
Y ahora yo creo que la ciencia lo que dice es que el dolor es básicamente innecesario. Una vez ha cubierto su objetivo principal que es avisar de que hay algún problema, que hay una lesión, que hay un daño, pero una vez se sabe eso, el dolor hay que eliminarlo. La actitud científica hoy día es: «eliminemos el dolor siempre que sea posible». Lo que pasa es que lo padece un 15% de la población, es decir…
Claro porque es que en muchas de nuestras respuestas, sobre todo ésas que todo el mundo responde igual es que, al final, si uno lo analiza, estamos respondiendo a las presiones evolutivas… Es decir, somos animales que están respondiendo a las dos grandes direcciones de supervivencia y reproducción, que es lo que guía al final a todas las especies. Entonces, en determinadas situaciones, cuanto más se acercan a eso, más homogéneas son las respuestas.
Claro, y cuanto más primarios, más elemental es la reacción frente a la amenaza, el peligro, el miedo, todas esas sensaciones o emociones muy primarias dan lugar a respuestas bastante estereotipadas dentro de todo.
Y para poder entender cómo cien mil millones de neuronas, que se conectan entre sí casi mil veces unas con otras, están interaccionando en niveles de milisegundos, solo se puede comprender en términos cuantitativos utilizando ordenadores, es decir, hay que pensar que el futuro probablemente de la investigación del cerebro, a medida que vayamos profundizando en identificar los circuitos y en ver cómo funcionan sus diferentes elementos, la manera de modelizarlos va a tener que ser a través de máquinas, de ordenadores…
Si tenemos la capacidad de registrar esa actividad y procesarla por un sistema coherente como sería un ordenador, por supuesto que se podría, digamos, hacer el equivalente a mi pensamiento porque luego ya la experiencia subjetiva es algo que es imposible de transmitir pero si yo consigo reproducir en una máquina exactamente lo mismo y las respuestas son las mimas pues es el nivel de análisis al que puede llegar la ciencia en esto y en otras tantas cosas.